Contratar el servicio de un pintor profesional puede generar algunas dudas, sobre todo si no sabes qué esperar.
A continuación, te explicamos cómo es el proceso típico, para que te sientas tranquilo y seguro.
1. Evaluación del espacio y asesoramiento
Todo comienza con una visita para evaluar el estado de las superficies, conversar sobre colores y acabados, y definir el alcance del trabajo. También se presenta un presupuesto detallado.
2. Preparación del área
Se protege el mobiliario, el suelo y los marcos con plásticos y cintas. Luego se limpian las paredes, se reparan grietas, se lija y se aplica sellador si es necesario.
3. Aplicación de la pintura
Se aplican una o más capas según el tipo de pintura y el color elegido. Se utilizan herramientas adecuadas para lograr un acabado parejo, prolijo y duradero.
4. Revisión y retoques
Una vez seca la pintura, se revisa el trabajo para corregir cualquier detalle. Se asegura que el resultado cumpla con los estándares de calidad y con las expectativas del cliente.
5. Limpieza final
Se retira toda la protección, se limpia el área y se deja el espacio listo para usar. El objetivo es que no tengas que preocuparte por nada.